Nuestra Crítica
Los seguidores de las space operas de Iain M. Banks, quizás el mejor exponente de este subgénero, llevábamos 12 años añorando el poder leer en castellano la continuación de aquellas tres primeras novelas de la serie de La Cultura que no hechizaron a principios de los noventa. Y la verdad es que la espera ha sido dura, pero ha merecido la pena, pues Banks vuelve a unir su desbordante imaginación capaz de conjugar imágenes que harán que el lector, aun el más habituado al género, tenga que detenerse para asimilarlas en toda su belleza, con una innegable calidad literaria que proporciona la belleza formal necesaria para no estropear la belleza de las ideas.
El volumen se inicia con un ensayo introductorio a la Cultura del propio Banks que es imprescindible para quien no conozca la serie y muy gratificante para todo el mundo ya que sirve de recordatorio y aclaración del universo en el que se desenvuelve la novela. Una novela coral con un protagonismo compartido por humanos, otro tipo de seres biológico, robots, y naves, Banks sigue conservando su habilidad para dotar de nombre bellísimos a estas últimas, y que si bien la inmersión en la misma puede resultar difícil para el lector, ya que Banks no da ninguna facilidad y es fácil liarse con los nombres de las naves, e incluso con los personajes es cierto que conforme avanza la trama y empezamos a desentrañarla nuestra atención queda capturada de tal forma que cuesta dejar la lectura.
La trama gira en torno a un extraño objeto, denominado Excesión, aparecido en los confines de la galaxia, al que la Cultura mira con recelo pues no conoce nada de si origen ni de su cometido. Así que un agente debe partir para encontrarse con una mujer, única superviviente de la anterior aparición de la Excesión varios siglos atrás. Por otro lado La Afrenta, una belicosa raza de crueles conquistadores tiene sus propios planes con respecto al objeto, mientras que algunas de las Mentes que controlan las enormes naves de la Cultura se ven envueltas en oscuras maquinaciones. Pero si bien la trama es excelente, lo mejor de la novela viene dado por la fuerza de algunas de las imágenes que nos ofrece, frenéticas persecuciones entre naves de kilómetros de largo, cuerpos almacenados en escenas que representan antiguas batallas, civilizaciones que un día deciden convertirse en dioses, batallas en las que se alinean miles de naves, y solo es el principio, pero además Banks consigue dotar a todas estas imágenes de un sentido gracias también a subtramas humanas y cercanas, a reflexiones sobre la naturaleza humana, a unos personajes muy atractivos, que evitan que la novela se quede solo en las imágenes.
Como he dicho estamos ante una novela densa, difícil para el lector, que a veces, sobre todo al principio obliga a releer para situar exactamente la acción, pero que corresponde a este esfuerzo proporcionando momentos de placer. Una excelente novela, quizás no tan redonda como las anteriores de la Cultura, pero sin duda una de las mejores del año.
Javier Romero
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