Nuestra Crítica
Al igual que hiciera en Hyperion con los Cuentos de Canterbury, Dan Simmons toma aquí a otro clásico como punto de partida, en este caso la Iliada, para construir lo que parece que puede llegar a ser una historia que pase a la historia del género. Y digo que puede llegar, por que lo que por ahora tenemos es solo una cuarta parte que es solo la presentación de unos personajes y unas situaciones, pero poco más.
La novela engancha desde las primera líneas que parodian el comienzo de la Iliada y nos presenta un argumento ambicioso. Post-humanos en Marte están reconstruyendo la guerra de Troya en un Marte terraformado, a los pies del monte Olimpo, reservándose para ellos el papel de dioses en lo que recuerda mucho a El Señor de la luz de Roger Zelazny. De forma paralela, en la Tierra, unos humanos, claramente un recreación de los elois de H.G. Wells, viven una vida despreocupada viajando por fax de un lado a otro mientras son vigilados por unos misteriosos seres, los Voynix de origen desconocido. Además mas allá del cinturón de asteroides, una combinación de robots y personas (llamados moravecs) se preocupan por lo que esta pasando en Marte además de discutir sobre la obra Shakespeare y Proust .
La novela esta plagada de imágenes poderosas, personajes muy prometedores, como el estudioso de la obra homérica que narra la batalla, o los moravecs y escenas impactantes que hacen las delicias del lector y que provocan que la lectura de la misma sea una experiencia apasionante.
En este tomo se nos apunta una trama de la que desconocemos cual será el nudo que enlace estas tres líneas paralelas de la narración lo que deja al lector ansioso de leer la siguiente entrega de las dos en que se ha dividido la edición española, en la que a buen seguro se ira conformando la historia que el autor pretende contarnos.
Javier Romero
|