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Editorial:Roca Editorial
Col. Ómicron ISBN: 978-84-96938-05-2 PVP: 19,00 Páginas: 272 Encuad. Rústica con solapas Fecha pub: 18 de febrero de 2008 Otras obras del Autor/es
Camuflaje
Mundos
La libertad interminable
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Texto Contraportada
El viejo siglo XX yace en el pasado de la humanidad, pero los casi-inmortales ciudadanos del futuro sienten nostalgia de los viejos tiempos, esos en los que los cuerpos podían morir por efecto de la enfermedad o la vejez. Ahora sueñan con sumergirse en la realidad virtual que proporcionan las nuevas "máquinas del tiempo" y les permiten explorar, como si estuvieran en el mitificado siglo XX, la vida caduda y perecedera de antaño. Jacob Brewer es un ingeniero de realidad virtual y supervisa la "máquina del tiempo" que está en operación en la nave estelar Aspera en su largo camino de miles de años hasta la nueva colonia a instalar en Beta Hydri Pero ocurre algo inesperado, una verdadera sorpresa a los ojos de los casi-inmortales humanos del futuro: algunos de los ochocientos tripulantes mueres Y Jacob Brewer acabará debatiendo, incluso con una máquina, la fragilidad intrínseca de eso que llamamos vida...
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Nuestra Crítica
Es ya el segundo libro de Joe Haldeman que edita Omicrón, y es apenas más largo que el primero, con lo que uno sospecha cierta fijación de quien elige los títulos con este escritor cuyo punto más álgido fue la metáfora de Vietnam que tantos premios acarreó. La contraportada parece que despista, pues promete una novela de realidades virtuales cuando en realidad es más de nave generacional, pero al cabo de 100 páginas parece que no lo hace.
He aquí el problema de "Viejo Siglo XX": es una mezcla de diversas ideas, relatos cortos basados en experiencias reales del escritor, y una mezcla nada sutil. Es fácil creer que en una nave generacional existe un simulador de realidad virtual donde visitan ciudades fascinantes del Siglo XX y donde tienen problemas de comida, pero cuando la narración se detiene en capítulos sobre la caza y cocina de patos, sobre guerras históricas (estos muy bien narrados, eso sí), y sobre el turismo en Barcelona, da que sospechar. Haldeman intenta hacernos sentir algo por los personajes que se mueven por estos retazos, pero el caracter de "collage" que tiene esta novela breve aleja mucho de todos ellos. Aunque sea cierto que en estos capítulos breves hay muchísima técnica adquirida con la experiencia, que logra mantener el interés.
Lo peor es un final previsible, familiar, y que tiene un recurso tan quemado que ahora se debería considerar tabú. No voy a mencionarlo, pero supongo que todos se harán una idea si la cosa trata de realidad virtual. Esto me hace pensar ¿qué objetivo tiene Haldeman con esta historia? ¿Crear una melancolía sobre el siglo que hemos dejado atrás? ¿Narrar experiencias vitales disfrazándolas?
¿O acaso ganarse un dinero con el primer relato hinchado que se le ocurre tras un fin de semana en el campo hablando de cocina?
Carlos Jürschik
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